Capítulo 28
En aquellos días fuimos felices. Parecía que el destino, que siempre había jugado con ventaja, se detenía a nuestros pies, reverenciando nuestro derecho a elegir. Así fue durante meses, casi un año. Cuando el silencio se hacía un hueco en nuestras conversaciones, el miedo a que sucediera algo que rompiese aquel equilibrio, nos sorprendía más de una noche frente al licor de bellota mirándonos fijamente a los ojos.
Ninguna hablamos de aquella extraña sensación de inseguridad que asalta a todo ser humano cuando las cosas parecen ir demasiado bien. No hablamos sobre ello porque, incluso el hecho de comentarlo en voz alta, nos asustaba. Las tres éramos conscientes de que algo iba a suceder. Un suceso terrible que dejaría nuestras vidas marcadas para siempre. Sobre todo lo sabía ella, Sheela.
En un rincón del alma
Antonia J Corrales
3 comentarios:
Ya tengo reservado y adecentado precisamente eso, un rincón de mi alma para irme allí a leer tu novela. ¡ea!
Besos.
Cada día tengo más ganas de tenerlo en las manos, sé que me va a encantar :)
Un besito muy grande
Gracias a los dos Juanma y Jana.
Juanma, te mandaré un correo para la radio. Besos enormes
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